Naciones Unidas, 6 dic (Prensa Latina) Para que América Latina alcance la meta de reducir sus emisiones contaminantes entre un 24 y 29 por ciento en 2030 debe disminuirlas cuatro veces más rápido del ritmo actual, advirtió hoy la Cepal.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, recomendó en un informe presentado en la Conferencia de Naciones Unidas para el Cambio Climático, COP28, aumentar los recursos dirigidos a las medidas de adaptación, que a nivel mundial representan un ocho por ciento del total, frente al 89 por ciento dirigido a la mitigación.
El documento aborda las necesidades de financiación y políticas necesarias en la región para la transición hacia una economía baja en carbono y resiliente al clima, así como las tendencias actuales de las emisiones regionales.
Sobre el tema destaca la importancia del financiamiento en sectores como la agricultura, la ganadería y la silvicultura, que a nivel regional representan el 58 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
«El cambio climático es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Durante años, la Cepal ha analizado sus impactos en América Latina y el Caribe y encontró que el costo de la inacción supera el de la acción, y que el calentamiento global exacerbará los efectos negativos de los fenómenos meteorológicos extremos», señaló su secretario ejecutivo José Manuel Salazar-Xirinachs
Según el estudio, cumplir con los compromisos climáticos requiere, además, una inversión de entre 3,7 y 4,9 por ciento del Producto Interno Bruto regional por año hasta 2030, lo que demanda aumentar la movilización de recursos nacionales e internacionales entre siete y 10 veces.
También refiere la inversión necesaria para la transición energética, la electrificación del transporte público, las medidas de mitigación para evitar la deforestación, la conservación de la biodiversidad, los sistemas de alerta temprana y la prevención de la pobreza, entre otros ámbitos.
Salazar-Xirinachs explicó que aumentar la financiación climática puede aportar otros beneficios, incluidos los económicos y sociales, en tanto más inversión en las medidas de mitigación y adaptación supondrían un importante impulso para el crecimiento, la creación de empleo y el desarrollo social.
Por el contrario, si no se adoptan acciones, el cambio climático puede acarrear pérdidas, que en el caso de la productividad laboral debida al estrés térmico podría alcanzar el 10 por ciento en algunos países, lo que afectaría directamente al potencial de crecimiento de la región, agregó.